La diversidad
Cristina De Inés Ruiz
|
De nuevo, excelente colaboración de Cristina. |
En este grupo, según Scovel
(1998), se incluyen dos tipos de dificultades en el lenguaje: de cerebros no
dañados o de trastornos heredados. El autismo y sus trastornos
pertenecen al primer sector, mientras que el síndrome de Down pertenece al
segundo.
El síndrome de Down suele darse en uno de cada 600 nacimientos,
aproximadamente, y es una discapacidad cognitiva o intelectual. Ésta es la prueba
de que la falta de capacidad lingüística se debe a la pérdida de las funciones
cognitivas más altas. En otros casos, los daños cerebrales se suceden por
pérdida de oxígeno fruto de accidentes o enfermedades. Su Día Mundial es el 21
de marzo.
Los trastornos del espectro autista (TEA), en cambio, son de carácter
psíquico. Existen dos teorías al respecto, la de Johnson y la de Orton/Travis.
La primera analiza el comportamiento extremo como resultado de experiencias
traumáticas vividas en la niñez debido a que los padres del menor se empeñaban
en asegurarse de la fluidez del paciente en el lenguaje. La segunda hipótesis
no tenía nada que ver. Seliger & Vago
(1991) centran su atención en la desaparición de diez lenguas por parte de la
población bilingüe por culpa del contacto con el inglés.
Los TEA tienen al síndrome de Asperger como la forma más leve y el
autismo como la más grave. Mientras que el primero implica una inteligencia
igual o superior a la de una persona ‘normal’; la fluidez en la producción y la
comprensión y el deseo de socializar no exento de dificultades para ello, la
segunda –cuyo Día Internacional es el 2 de abril- presenta un coeficiente
intelectual menor de 80 –lo que demuestra cierto retraso mental-;
comportamiento autolesivo y fobia al mundo exterior. Otros síntomas relacionados con el
síndrome de Asperger son la incapacidad
para comprender las bromas, chistes y expresiones ambiguas; la intolerancia o poca preparación para los
imprevistos; los sentidos muy
desarrollados; el temperamento
flemático o muy expresivo; el miedo a
las multitudes; los soliloquios u otras conductas
estereotipadas en caso de nerviosismo; o el excesivo interés en temas o campos determinados. Es más frecuente
en hombres que en mujeres, las cuales son más propensas al síndrome de Rett
–menos común y que da lugar a la pérdida progresiva de la capacidad física y
del habla-. La población con estos trastornos es mucho mayor de lo pensado y,
entre ellos, destaca Andersen, autor danés infantil (1843,
1838).
También están presentes otras figuras del arte (Leonardo o Miguel Ángel), la
literatura (Carroll
o Joyce
),
la filosofía (Sócrates,
Platón,
Kant
o Nietzsche
),
la ciencia (Newton,
Einstein
o Darwin)
o la música (W.A. Mozart,
Beethoven,
Boyle
o Adele).
Newby
(2006) ofrece mucha más información relacionada. El neuropsicólogo
norteamericano también expone cómo las enfermedades neurológicas pueden
convertirse en mentales si no se tratan adecuadamente. Es el caso del trastorno
de déficit atencional e hiperactividad (TDAH), que -sin tratamiento
médico especializado- puede llegar a la esquizofrenia en varias fases: el TDAH
se vuelve trastorno negativista desafiante (TND), cuyas víctimas –a
diferencia de las del TDAH- jamás se arrepienten de sus actos; y, finalmente,
el trastorno disocial (TD) –que lleva a las situaciones violentas-.
Monserrat Femenía
(2001) tomó a Winnicott
(1958); Pichon Rivière
(1983) o Berger
(1999) como bases para su publicación sobre un niño hiperkinético que había
pasado por su consulta y estaba medicado. La hiperkinesia, según la
psicoanalista, es un caso específico de TDAH.
Un joven norteamericano vino al mundo con TDAH. Pero su caso era
gravísimo porque su madre era muy prejuiciosa con los medicamentos: creía que
eran droga. Y, así, la mujer utilizó su mala suerte para anteponer sus
caprichos a sus obligaciones. Como consecuencia, la enfermedad de su hijo se
convirtió en esquizofrenia y, lejos de aceptar su culpa, a ella no le importaba
si sus quejas irritaban o hundían a los interlocutores. Esto demuestra cómo la
vida no es ni tiene que ser perfecta o que todo no se puede tener. Lo que se
desea puede venir, siempre que se piense en las consecuencias de los propios
actos antes de tomar decisiones, tal y como explica la psicoanalista Menéndez
Álvarez
(2008) estudiando el malestar emocional.
Por su parte, González García
(2011, 2020) ha publicado una serie de chistes “de psicólogos”
para personas nacidas con discapacidad y los informes médicos recibidos, así
como otros artículos sobre este ámbito. También ofrece una visión sobre cómo la
población ‘normal’ puede verse incluso incómoda cuando el ‘especial’ demuestra
tener cualidades que el otro no tiene –sobre todo, porque éste no quiere
aprender de aquél-.
Esto revela que la discapacidad es la capacidad extraordinaria, principalmente,
por ser ‘diferente’. La esencia prevalece sobre la apariencia y, por tanto,
ninguna discapacidad es incapacidad. La incapacidad se puede tener para bailar,
correr, ver, saltar, hablar… pero jamás para
comunicarse; marcarse buenos objetivos; elevar el propio espíritu; percibir el
mundo; divertirse o sentirse vivo. Asimismo, el terapeuta; poeta y monitor de ajedrez representa otro enfoque de que la diversidad
funcional es una condición distinta a la del sector más convencional, al igual
que puede ser la orientación sexual o algo parecido. No es ninguna enfermedad,
pues no tiene cura ajena a la buena educación. La fuerza de voluntad está por
encima de todo
.
Un sinfín de colaboradores de la Asociación Española de Profesionales del
Autismo (2012) analizan en profundidad todos los datos de los TEA, desde las novedades
conceptuales hasta la mirada hacia el futuro.
Murillo Sanz
describe dichas novedades con el comportamiento
‘estereotipado, autolesivo y repetitivo’; las dificultades para la comunicación –especialmente, el lenguaje no
verbal-; la inflexibilidad mental;
los intereses e inquietudes limitados;
la falta de adaptación a los cambios
(sobre todo, si son inesperados); el autismo como discapacidad intelectual –no sólo psíquica-; el trastorno bipolar –también ‘psicosis
maníaco-depresiva’-; la epilepsia,
los tics nerviosos; el TDAH y otras enfermedades asociadas a
tal condición. La terapeuta tomó como bases a Asperger
(1944), médico austríaco que nació un 18 de febrero y sufría dicho hándicap al
que pondría nombre, de ahí que dicho día del año sea el Día Internacional del
Síndrome de Asperger; a Wing & Gould (1979);
a Rivière (1997,
2000),
un psicólogo que creó una fundación con su nombre en Madrid; y a un montón de
expertos más. También destacan la psiquiatra Hervás Zúñiga o las psicólogas
especializadas Balmaña o Salgado
(2017), que lo definen como un trastorno biológico del neurodesarrollo que, por
la presencia de intereses y comportamientos reiterativos y restringidos, afecta
tanto a la comunicación social como a la conducta.
La “Carta abierta de una afectada por Asperger” en la revista Quo (2012) para la asociación Asperger Madrid
y el análisis del mundo exterior (2021) para el concurso de relatos de Asperger-TEA Jaén; o el estremecedor relato de Gómez
(2017) en los periódicos El Faro de Vigo
o La Voz de Galicia para Autismo Madrid tampoco deben olvidarse,
dado que ambos testimonios prueban que esta condición no es ningún invento,
pese a la equivocada ideología de la gente ‘normal’ o neurotípica –que
probablemente tengan hijos con este trastorno u otra discapacidad o con algún
desequilibrio mental y no lo quieran aceptar tapándolo por ser de su familia y
criticando a pacientes ajenos, sobre todo, si éstos son hijos únicos o de
familia desestructurada- o tratando de ocultarlo como si no pasara nada. Fueron
publicados con motivo del Día Internacional mencionado en el párrafo anterior.
Años más tarde, se publicaría la colección de relatos (2016) como La vida de Jaime;
El cazador de sonidos;
La aventura de Alberto;
La historia de Nana;
Las peculiaridades de Sergio;
Las emociones en un Asperger;
David dice adiós a su rincón;
El reino de las hadas;
Alejandro, un niño especial;
Pía y las galletas de flores
o Miguel-Ángel García.
Otros pacientes como los jóvenes Moya Nieto
(2021) e Hidalgo Sánchez
(2021) cuentan sus respectivas experiencias. También está presente un artículo
sobre cómo este sector puede sentirse “patito feo” en su época más crítica
(2013): tras un largo tiempo “deambulando solos”, se experimentan cambios a
mejor a base de sacrificio y de no hacer caso a la sociedad que no ayuda nada
pero que se siente superior.
Rivière (1949-2000) afirmaba que toda pauta de tratamiento, así como las
decisiones educativas, dependía del trastorno y la evolución de cada paciente,
“sin etiquetas”. Jiménez Navarro
tiene en cuenta dicho principio con el fin de explicar la consolidación de
estas anomalías. Wing (1981,
1997),
como psiquiatra, se especializó en el síndrome de Asperger infantil. Peromingo
Rodrigo
(2013), como una paciente más y para la prensa digital, escribió un texto
narrativo dedicado a la máquina del tiempo retratando a un chico apasionado de
las máquinas y la tecnología para demostrar que los intereses restringidos y la
máquina del tiempo jamás habían sido inventados.
Arnáiz Sancho & Zamora Herranz
explican diversos diagnósticos, conscientes de los adelantos y cambios
actuales y cómo eso no impide a un importante sector de familias sentirse en
“tierra de nadie”. Esto indica que la inexistencia de un diagnóstico deja al
paciente y sus familiares y conocidos perdidos, sin rumbo.
Aun así, la ayuda familiar es fundamental para el desarrollo psicológico.
Tamarit
(2002) alega que “se requiere conocimientos” para alcanzar un orden que apoye a
“las víctimas de síndrome de Asperger de acuerdo con sus necesidades si esas
personas y sus familias son escuchadas” porque, según la hipótesis de Rivière
(1997), “el silencio” de los niños autistas contribuye a “una larga, complicada
e impresionante historia”. Con todas estas teorías, Cuesta
Gómez & Martínez Martín (2012) indican
en profundidad las mejores estrategias para una convivencia madura y
armónica entre los pacientes de TEA y sus más allegados.
Márquez López, como
coordinadora de la Asociación Española de Profesionales del Autismo (AETAPI),
está segura de la existencia de un montón de motivos para dar recomendaciones a
familias que buscan atención temprana para sus hijos con TEA. Describe
la primera infancia como medio para aspirar a futuras respuestas a todo lo que
tenga que ver con el medio social. Su centro se compone de psicólogos,
trabajadores sociales, médicos neurólogos y psiquiatras, pedagogos, logopedas y
educadores sociales de diferentes instituciones u organizaciones destinadas a
formar; informar y demás misiones encauzadas a los pasos adelante de carácter
científico.
Hervás Zúñiga o Balmaña & Salgado (2017) destacan el decisivo papel
de la atención temprana
en cualquier niño con alteraciones evolutivas y, por eso, hoy tal atención se
considera un enfoque de promover la inclusión escolar y una mejora en las
competencias personales. Es el caso de las capacidades de adaptación,
según la Convención de Derechos de las Personas con Discapacidad de las Naciones
Unidas
(2006). Si bien dicho marco aparece establecido en el Documento Blanco de
Atención Temprana, España carece de situaciones homogéneas con calidad para
acceder a las intervenciones más seguras.
Saldaña Sage & Moreno Pérez
muestran las intervenciones, especialmente, con métodos eficientes y los tipos
principales de sistemas psicoeducativos: Prizant & Werther
(1998) y Roberts
(2004) crearon el Discrete Trial Training y la Intervención
Conductual Intensiva –o Intensive Behavioural Intervention (IBI), hoy Early
Intensive Behavioural Intervention (EIBI)-.
Más tarde, de la mano de Güemes y otros autores
(2009) y el Instituto ECRI
(2009), llegarían el Modelo Pragmático de Desarrollo; el Floor Time;
la Intervención en el Desarrollo de las Relaciones, el Modelo de
Comienzo Temprano o Early Start Denver Model –basándose en Rogers
& Dawson
(2010)-; el Sistema de Comunicación por Intercambio de Imágenes o Picture
Exchange Communication System, de Bondy & Frost
(1998); y muchos más criterios con áreas funcionales que distingan las
estrategias de comprensión de las de focalización, destinándose esta
última categoría a usar diversos enfoques a una reducida gama de estrategias
que modifiquen una conductas específicas. El sistema TEACCH, nacido
gracias a Mesibov & Schople
(1983), no ha cesado de crecer como consecuencia de divisiones realizadas por
Mesibov & Shea (2009,
2011)
o Eikeseth
(2009).
A comienzos del siglo XXI, Baranek
(2002) inventó tratamientos senso-motores que incluyen integración sensorial auditiva; el método Doman Delacato; o las lentes
de Irlen. No obstante, los enfoques senso-motores han demostrado ser los
únicos efectivos, según la base de datos Cochrane,
utilizada por Sinha y su equipo de investigación (2004,
2006).
Simultáneamente, la Musicoterapia –gracias a Whipple
(2004) o Wigram & Gold
(2006)- y la integración sensorial auditiva se convirtieron en uno de
los caminos básicos, con más de 40 análisis. Después, llegarían la terapia
animal –probada por Fine (2006)- o programas focales, propuesta
por el equipo de Odom
(2010).
Con una especial atención al TEACCH, Frontera Sancho
describe un conjunto de principios y aplicaciones psico-educativos. La
psicopedagoga sostiene que el conocimiento
y la comprensión la naturaleza en
los TEA motivan varias hipótesis: la Deficiencia Mental, el Déficit
Intersubjetivo, la Debilidad en la Coherencia Central o la Disfunción
Ejecutiva. Todo parte de la colaboración
con la familia, donde los padres también reciben terapias; la colaboración de métodos que evalúen cada
objeto; el potencial, identificado
por la evalución; la enseñanza
estructurada; la incorporación de
elementos de aproximación cognitiva y conductual, como el apoyo a la
actitud positiva; y la formación general de
todo profesional implicado.
He aquí una serie de principios básicos: López Fraguas y otros expertos
(2004) creen en la comprensión
individual con evaluación formal
e informal de los puntos fuertes y débiles en diferentes áreas, incluso
entrevistas con las familias y docentes además de observaciones directas del
entorno personal del niño y, por último, maximizar sus puntos fuertes y
minimizar los débiles. Después, iniciar una relación positiva como rasgo fundamental para el crecimiento psicológico del menor.
Es el caso de Rivière (1984,
1997)
y Szatmari
(2006): siempre es posible dicho enlace entendiendo
y respetando al pequeño mediante una resolución creativa de los problemas. Bartak
& Pickering (1982),
Peeters
(2008) o Kunce & Mesibov
(1998) confían en una planificada y
relativamente sencilla organización
ambiental con una actitud directa y consistente por parte de los
formadores; la comprensión garantizada
–como el cambio del lenguaje hablado por objetos visuales o simplificación del
lenguaje con el fin de facilitar la comprensión al niño-; trabajos organizados (con sistemas de organización del trabajo, programas de orientación visual o apoyo
informático); el aprendizaje sin error,
como resultado de la carencia de apoyo sufrida; la motivación con intereses específicos (como la adaptación curricular, el vínculo esfuerzo-reacción emocional); el aprendizaje generalizado y funcional
(enseñando capacidades generales explícitamente para un mejor análisis de las
situaciones nuevas y practicando las estrategias recién aprendidas); la adaptación del contexto escolar, con profesores de apoyo y logopedas; una estrecha relación con la familia, enseñando las habilidades del
menor; y, según Tamarit
(2005), promover la inclusión social.
La tesis doctoral de Pozo Cabanillas
(2010) subraya la adaptación de la
familia a semejante condición, comenzando por los ‘efectos negativos’
sufridos por los progenitores y finalizando con un enfoque ‘global y
multimensional’ como perspectiva más reciente. Para ello, la psicóloga y
docente debate distintos modelos teóricos, aunque con el sistema de estrés y
adaptación Doble ABCX –con McCubbin
& Patterson (1983)
como fuente- como foco de análisis de dicho sistema.
Hernández Rodríguez
(2012) toma, como principal ejemplo, la filosofía de Rivière
(1991) acerca de la crianza de los niños autistas: no basta con el conocimiento
y las explicaciones, sino con la intención de comprender todo lo relacionado con el autismo. El derecho, el concepto y la práctica
son los datos fundamentales para la percepción inclusiva. Para Echeita &
Ainscow (2011),
la inclusión es un proceso con la
presencia, la participación y el éxito del estudiante como metas. Así, se
atenderá especialmente a la mayor tendencia al fracaso escolar y a cualquier
otra barrera.
Merino Martínez
alega que cada día que pasa es una ‘metáfora’ para el comienzo de un ‘nuevo
episodio’ en la población neurotípica para ponerse en la piel de los pacientes
con autismo. Esto significa que el
autocambio es un inicio; un esfuerzo para saber comportarse minimizando
recuerdos que forman parte de la existencia humana. Como ejemplo de ello, se
toma el temor del actor Kelvin Mooh Loh al agua por culpa de los cambios
improvisados de la misma. Esos hechos incrementaban su inseguridad, si bien él
sabía dónde deseaba ir mientras se encontraba en la piscina y, de esa forma,
comprendió que nunca se hundiría. La psicóloga, basándose en el Dr. Asperger (1944),
describe la definición de las víctimas de psicopatología autista haciendo
hincapié en la falta de empatía; los problemas para establecer una relación
social; los soliloquios; el pensamiento original; los intereses específicos; o la torpeza motora como síntomas más
comunes.
Álvarez Perez
subraya la considerable dificultad para
ser aceptados en un puesto de trabajo, sobre todo, en lo que el paciente se
ha preparado durante tantos años. La población con TEA no suele ser comprendida
ante sus limitaciones, si bien la discapacidad puede pasar inadvertida en
ciertos casos. Las peculiaridades dan pie a que el mercado laboral tenga que
prestar servicios de acuerdo con sus necesidades, pese a la escasez de
recursos. Lo mismo sucede con la vivienda, igual que el ocio y la intervención
social, visto que las redes sociales atienden en exclusiva a sus familiares.
Mori
retrata la epilepsia como una enfermedad neurológica como consecuencia de los
TEA; en la mayoría de los casos, dichas discapacidades –dadas por la
naturaleza- dan paso a enfermedades neurológicas o mentales –igual que se
explica en Todo sobre el autismo-.
Esto pone al paciente muy difícil el hecho de que lo acepten en un puesto de
trabajo acorde con su formación y vocación, así como el que la sociedad en
general lo respete. De hecho, la periodista fue despedida el mismo día que
sufrió una convulsión en su camerino (lo padecía desde niña, pero no se le
manifestaría hasta el día de su injusta destitución). Añade que los
epilépticos, al ser enfermos crónicos, no pueden donar sangre.
Vidriales Fernández & De Araoz Sánchez-Dopico
proponen afrontar el envejecimiento.
Originalmente, este suceso se consideraba un ‘periodo vital’ relacionado con el
deterioro humano. La perspectiva actual es muy diferente: Schalock &
Verdugo (2003)
describen la calidad de vida como un ‘concepto multidimensional’ motivado por
“factores ambientales que deberán aplicarse según la prueba empírica
contrastada y que puede mejorar con la autodeterminación, recursos, proyectos
personales de vida y el sentido de ser parte de un grupo social concreto”.
Estos rasgos se materializan en ocho dimensiones: el bienestar físico, emocional y material (felicidad, actividades de
ocio, cuidados médicos, falta de estrés, empleo, situación financiera,
vivienda…); la evolución personal
(educación, competencia personal…); las relaciones
interpersonales (interacción, ayuda…); la inclusión social (redes sociales, apoyo social…); la autodeterminación (independencia y
control, objetivos y valores, opciones…); y los derechos legales y humanos, contenidos en la Convención
Internacional de los Derechos de las Personas con Discapacidad
(2006).
Cuesta Gómez & Martínez Martín
exponen la mirada hacia el futuro
mediante la atención especializada con
la implicación familiar, adaptación a la edad y a cualquier otra circunstancia
del paciente, conocimiento de cada perfil psicológico y cognitivo, prácticas
sobre evidencias reflejadas en la experiencia, inclusión, generalización,
promoviendo el sentido de la actividad, individualización, sistematización y
rutinas, enfoques destinados a un proyecto de futuro con calidad, innovación en
las posibles intervenciones, promoción de puntos fuertes y demás capacidades,
uso de claves visuales; una educación y
formación que flexibilice las distintas opciones formativas homogeneizando
los distintos sistemas autonómicos, atendiendo especialmente a la Secundaria y
al Bachillerato porque esto supone el mayor riesgo socio-académico, facilitando
el acceso a la universidad destinado a garantizar una íntegra igualdad de
recursos, capacitación para la vida adulta personal y profesional; atención sanitaria utilizando todo
protocolo acorde con las necesidades; independencia
comenzada en etapas tempranas, facilitando la conservación del empleo al que se
haya accedido, diversificando las opciones para dicha vida (potenciando las
viviendas bajo supervisión y recursos apoyados por la comunidad) y
promocionando oportunidades diferentes para que puedan elegir la que más se
adecúe a sus habilidades y gustos; y las necesidades
emergentes (creando recursos que aporten la respuesta buscada para los
pacientes con TEA e investigando dichos trastornos con especial atención a la
salud mental y al envejecimiento con el fin de que el individuo no se
desvincule de su medio social a la vez que recibe cuidados especializados).
Otros psicólogos y psiquiatras especializados
(2017) definen el TEA como un trastorno en el neurodesarrollo biológico
iniciado en la niñez, por lo que la conducta del paciente se ve afectada por
comportamientos repetitivos e intereses restringidos –tal y como acredita la
siguiente tabla-:
PACIENTES CON
SÍNDROME DE ASPERGER
|
Virtudes
|
Defectos
|
Relaciones sociales
|
·
Sinceridad y objetividad.
·
Nobleza, fidelidad y lealtad.
·
Memoria prodigiosa.
|
·
Dificultad para entender las reglas de
interacción social.
· Poca costumbre de compartir inquietudes y
emociones.
|
Comunicación y lenguaje
|
·
Rico vocabulario técnico.
·
Afición a los juegos de palabras.
|
·
Dificultad para iniciar conversaciones y para la
adaptación al interlocutor.
·
Producción de frases breves y literales.
|
Flexibilidad mental e imaginación
|
·
Grandes conocimientos en las áreas de mayor
interés, así como fidelidad a dichas áreas.
·
Búsqueda continuada de información.
|
·
Preocupaciones poco frecuentes que pueden
convertirse en emociones.
·
Preguntas repetitivas.
·
Excesivo perfeccionismo.
|
Su evolución es crónica y presenta diferentes grados, tanto
en la afección como en la adaptación funcional (capacidad intelectual igual o
mayor que la de un neurotípico, evolución más tardía de lo normal para la edad…).
He aquí sus diferentes categorías de gravedad, según Hervás Zúñiga y otras
autoras (2017):
Grado
|
Comunicación
social
|
Conducta restringida y repetitiva
|
·
Dentro
de la normalidad
|
Peculiaridad o aislamiento
|
Sin interferencia
|
·
Síntomas
subclínicos
|
Síntomas sin modificaciones importantes
|
Interés excesivo o escaso sin interferencia
|
·
De
primer grado
|
Sin apoyo directo, aunque con modificaciones de
importancia
|
Interferencia importante en ciertos contextos
|
·
De
segundo grado
|
Escasez significativa con iniciación y respuestas
limitadas
|
Interferencia común con dificultad en la flexibilidad y
problemas en el cambio de foco
|
·
De
tercer grado
|
Mínima comunicación social
|
Interferencia marcada con dificultad en la flexibilidad y
problemas en el cambio de foco
|
Existe también la diversidad no funcional: colectivo LGTBI,
malos estudiantes aunque buenas personas y muy aplicados para el trabajo, raza
u origen distinto u otros motivos de complejos o, durante los años 30 o 40, al
holocausto. Frank (1944)
lo reflejaba en la Casa de Atrás durante sus dos años de vida clandestina,
seguida de su infrahumana supervivencia hasta su fallecimiento meses más tarde.
Del Amo (1988)
describía a Gaad como un chico nubio que, por dicha condición, tenía a Nut como
única amiga en el colegio. Por eso, desobedecía a su abuelo Haken negándose a
asistir a aquel recinto.
Fernández Paz (1994) lo demostraba con la hipersensibilidad
de la joven Blanca a las injusticias de la vida (como la expulsión de su amigo
Luis sólo porque era repetidor y la malvada profesora María no aspiraba sino a
quitárselo de en medio y a que la típica buena de la clase no lo viera nunca
más;
por eso, fue capaz de protestar a la madre de la protagonista porque también
era docente y no gustaba del chico y
hasta de escribir un anónimo imitando la letra de su víctima con insultos a la
directora del colegio
para hacer realidad su deseo). Asimismo, consciente de que el bien y mal
existen en todos sitios y de la imposibilidad de impedir aquella aleatoria
exclusión, una vez curada de su hepatitis, Blanca se aferró a la esperanza de
que llegara un tiempo nuevo: sin rencores y feliz a su manera.
Sierra i Fabra
(1997) lo dejaba ver con la obsesión de sor María por ayudar a las alumnas,
tanto si obraban bien como si obraban mal en lugar de castigarlas, pues Isabel
–la estudiante ideal y gran persona- se había visto a escondidas con su amado
Daniel y Teresa –su mejor amiga- la denunció porque su padre siempre la estaba
comparando con la mejor de la clase –Teresa, en cambio, trabajaba mucho para
tener éxito y aun así sus calificaciones no eran tan altas como las de la otra
chica porque no era igual de inteligente- y no estaba dispuesta a pagar justa
por pecadora. Además, faltaba sólo un mes para el final de curso y después
nunca más estudiarían juntas. Ahí Teresa descubrió la oportunidad de ganar por
primera vez en su vida; dar una buena lección a su progenitor, aunque incapaz
de imaginar cuán fuerte resultaría la sanción –pero merecida- para Isabel -quien
decidió restar importancia a la identidad de su delatora tras asumir las
consecuencias de su indisciplina, si bien se sentía tan acorralada por su
castigo que intentó suicidarse-.
Bibliografía
Del Amo,
Montserrat (1995). Cinco desconocidos. El
abrazo del Nilo, ed. 11, cap. 1, pp. 9-64. Madrid: Bruño
Andersen,
Hans C. (2016). El patito feo. Leer es mi
cuento, vol. 15(1), pp. 4-19
Andersen,
Hans C. (1956). El intrépido soldadito de plomo. Obras clásicas de siempre,
pp. 1-11. México DF: ILCE
Asperger, Hans (1944). Die Autistischen Psychopathen im
Kindesalter. Archiv für
Psychiatrie und Nervenkrankheiten, vol. 117, pp. 76-136
Bartak, Lawrence & Pickering, Nigel G. (1982). Objetivos y métodos de enseñanza. Autismo
infantil. Aspectos médicos y educativos, ed. Wing. Madrid: Santillana
Berger, Maurice (1999). El
niño hiperactivo con problemas de atención. Madrid: Síntesis
Carreira,
Mecha (2013). “El patito feo” o la capacidad
de no resignarse. Consultado el
27 de enero 2013 en https://rouge.perfil.com/noticias/cuerpo-alma/2013-01-27-24107-el-patito-feo-o-la-capacidad-de-no-resignarse.phtml
Carroll,
Lewis
(1993). “Alice’s Adventures in
Wonderland” & “Through the Looking-Glass”. Londres: Wordsworth
Darwin,
Charles
(2018). The Origin of Species, ed. 1.
Londres: Harper
Collins
ECRI, Instituto (2009). Comprehensive Educational and Behavioral Interventions for Autism
Spectrum Disorders. Plymouth, PA: Autor
ECRI, Instituto (2009). Focal Educational and Behavioral Interventions for the Treatment of
Autism Spectrum Disorders. Plymouth, PA:
Autor
Eikeseth, Svein (2009). Outcome of comprehensive
psycho-educational interventions for young children with autism. Research in Developmental Disabilities, vol. 30(1), pp. 158-178
Fernández Paz,
Agustín (1994). Trece años de Blanca.
Barcelona: Edebé
Frank, Ana (2010). Diario, trad. D. Puls, ed. 8. Sant
Llorenç d’Hortons: Debolsillo
Gómez, Alejandro
(2017). Carta abierta de un joven con Asperger víctima del acoso escolar. Autismo
Madrid. Recuperado el 27 de febrero 2017 por https://autismomadrid.es/educacion-2/carta-abierta-joven-asperger-victima-del-acoso-escolar/
González García, Francisco (2020). Cómo
tratar a las personas con diversidad funcional. Consultado el 6 de
noviembre 2020 en https://sabioteatencionpsicologica.blogspot.com/2020/11/como-tratar-las-personas-con-diversidad.html
González García, Francisco (2020). Diversidad
funcional. Consultado el 26 de octubre 2020 en https://sabioteatencionpsicologica.blogspot.com/2020/10/diversidad-funcional.html
González García, Francisco (2020). Lenguaje
inclusivo, por favor. Consultado el 21 de octubre 2020 en https://sabioteatencionpsicologica.blogspot.com/2020/10/lenguaje-inclusivo-por-favor.html
González García, Francisco (2020). El
momento crítico. Consultado el 21 de septiembre 2020 en https://sabioteatencionpsicologica.blogspot.com/2020/09/el-momento-critico.html
González García, Francisco (2020). Presentación de Sabiote-Atención
Psicológica. La Puerta de la Villa,
vol. 38, p. 105. Sabiote (Jaén): Ayuntamiento de Sabiote
González García, Francisco (2011). Chistes
de psicólogos. Consultado el 16 de mayo 2011 en https://poesiadepaco.blogspot.com/2011/05/porno.html
González García, Francisco (2011). Con
discapacidad. Consultado el 11 de abril 2011 en https://poesiadepaco.blogspot.com/2011/04/con-discapacidad.html
Güemes,
Itziar et al (2009). Evaluación de la
eficacia de las intervenciones psicoeducativas en los trastornos del espectro
autista. Madrid: Instituto de Salud Carlos III
Hervás Zúñiga, Amaia et al (2017). Los trastornos del espectro
autista (TEA). Pediatría integral,
vol. 21(2), pp. 92-108
Hidalgo Sánchez,
María (2021). El TEA y la manera de ver
las cosas. Consultado el
18 de febrero 2021 en http://aspergerjaen.blogspot.com/2021/02/relato-18f-el-tea-y-la-manera-de-ver.html
De Inés Ruiz,
Cristina (2021). Análisis del mundo
exterior. Consultado el
18 de febrero 2021 en http://aspergerjaen.blogspot.com/2021/02/relato-18f-analisis-del-mundo-exterior.html
De Inés Ruiz,
Cristina (2012). Carta abierta de una afectada por Asperger. Quo. Consultado el 18 de febrero 2014 en https://www.quo.es/salud/a28312/carta-abierta-de-una-afectada-por-asperger/
Joyce, James (2014). Ulysses.
San Francisco: Bottom of the Hill
Publishing
Joyce, James (1914). Dubliners.
Londres: Chump Change
Kant,
Immanuel (2013). Crítica de la razón
práctica, ed. R. R. Aramayo. Madrid: Alianza
Kant,
Immanuel (2012). Crítica de la razón pura,
prol. B, ed. 2. Madrid: Diálogo
Kunce, Linda & Mesibov, Gary B. (1998). Educational
approaches to high-functioning autism and Asperger syndrome. Asperger
Syndrome or High-Functioning Autism?, cap. 11, eds. Schopler & Mesibov.
Nueva York: Plenum Press
López Fraguas, Mª Ángeles et al (2004). La
planificación centrada en la persona, una metodología coherente con el respeto
al derecho de autodeterminación. Revista Siglo Cero, vol. 35(1), p. 210
McCubbin,
Hamilton I. & Patterson, Joan
M. (1983). The family stress process: the Double ABCX Model of
adjustment and adaptation. Social Stress and the Family: Advances and
Developments in Family Stress Theory and Research, eds. McCubbin & Patterson, pp. 7–37. Nueva York: The
Haworth Press
Menéndez
Álvarez, Isabel (2009). Manifestaciones del
conflicto en la personalidad: “sufrir más que nadie”. El equilibrio emocional, ed. 2, pp. 250-251. Madrid: Espasa
Mesibov, Gary B. & Schopler,
Eric (1983). The development of community-based
programs for autistic adolescents. Children’s Healthcare: Journal of the
Association for the Care of Children’s Health, vol. 12(1), pp. 20-24
Mesibov, Gary B. & Shea, V.
(2011). Evidence-based practice and autism. Autism, vol. 15(1), pp.
114-133
Mesibov, Gary B. & Shea,
V. (2009). The TEACCH program in the era of evidence-based practice. Journal
of Autism and Developmental Disorders, doi:10.1007/s10803-009-0901-6
Monserrat Femenía,
Alicia (2001). Manuel,
entre las luces y las sombras. Cuadernos
de Psiquiatría y de Psicología del Niño y del Adolescente, vol. 31, pp.
83-90
Mori,
Beatriz (2007). No me digas que no lo
cuente. Barcelona: Urano
Moya Nieto,
Héctor J. (2021). Mi vida con Asperger.
Consultado el 18 de febrero 2021 en http://aspergerjaen.blogspot.com/2021/02/relato-18f-mi-vida-con-asperger.html
Organización
de las Naciones Unidas (2006). Convención de Derechos de
las Personas con Discapacidad de las Naciones Unidas. Nueva
York: Naciones Unidas
Newby, Robert F. (2006). Your Struggling
Child, eds. Newby
et al. Nueva York: Harper Collins (2011 ed.: Niños con dificultades.
Barcelona/México/Buenos Aires: Paidós)
Newton, Isaac (1733). Observations upon the Prophecies of Daniel and the Apocalipse of St.
John. Consultado en 2004 en http://fatosfinais.blogspot.com/2014/10/isaac-newton-y-las-profecias-de-daniel.html
Nietzsche, Friedrich (2012). Más
allá del bien y el mal. Scotts Valley, CA: Createspace Independent Pub
Nietzsche, Friedrich (2011). Así habló Zaratustra. Madrid:
Anaya
Odom, Samuel
L. et al (2010). Evaluation of comprehensive treatments models of
individuals with autism spectrum disorders. Journal of Autism and
Developmental Disorders, vol. 40, pp. 425-437
Odom, Samuel L. et al (2010). Evidence-based practices in interventions for children
and youth with autism spectrum disorders. Preventing School Failure:
Alternative Education for Children and Youth, vol. 54(4), pp. 275-282
Peeters,
Theo (2008). Autismo: de la comprensión teórica a la intervención educativa.
Ávila: Asociación de Autismo de Ávila
Peromingo Rodrigo,
Marta T. (2013). La máquina del tiempo. Revista Digital Leguein Leguein.
Consultado el 31 de mayo 2013 en http://leguein.blogspot.com/2013/05/
Peromingo Rodrigo,
Marta T. et al (2016). El Asperger no es
un cuento, pero te lo contamos. Madrid: Asperger España
Pichón Rivière, Enrique (1983). La
Psiquiatría, una nueva problemática. Del Psicoanálisis a la psicología social.
Buenos Aires: Nueva Visión
Platón (1871). Menón. Obras completas de Platón, ed. P. De Azcárate, vol. 4, pp. 277-345
Pozo Cabanillas,
Mª Pilar (2010). Los trastornos del espectro autista (TEA) y la adaptación
familiar. Adaptación psicológica de
madres y padres de personas con trastornos del espectro autista: un estudio
multidimensional, cap. 1, pp. 11-66. Madrid: UNED
Prizant, Barry M. & Werther, Amy M. (1998). Understanding the continuum of
discrete-trial traditional behavioural to social-pragmatic developmental
approaches in communication enhancement for young children with autism/PDD. Seminars
in Speech and Language, vol. 19, pp. 329-353
Rivière, Ángel (2000). ¿Cómo aparece el autismo? Diagnóstico
temprano e indicadores precoces del autismo. El niño pequeño con autismo,
eds. Rivière & Martos. Madrid: APNA
Rivière, Ángel (1997). Tratamiento y definición del espectro
autista: relaciones sociales y comunicación. El tratamiento del autismo:
nuevas perspectivas, cap. 1. Madrid: IMSERSO
Rivière, Ángel (1991). El desarrollo y educación del niño autista. Desarrollo psicológico y educación III.
Necesidades educativas especiales y aprendizaje escolar, eds. Marchesi et
al, pp. 331-333. Madrid: Alianza
Rivière, Ángel (1984). La modificación de conducta en el autismo
infantil. Revista Española de Pedagogía, pp. 164-165.283-316
Roberts, Jacqueline M. (2004). A Review of the Research to
identify the most effective models of best practice in the management of
children with Autism Spectrum Disorders. Sidney: Centre for Developmental
Disability Studies
Schalock, Robert L. & Verdugo, Miguel A. (2003). Calidad de vida.
Manual para profesionales de la educación, salud y servicios sociales.
Madrid: Alianza
Scovel, Thomas (1998). Dissolution:
language loss. Psycholinguistics,
cap. 5, pp. 70-89. Oxford/Nueva York: Oxford University Press
Seliger, Herbert W. & Vago, Robert (1991). First Language Attrition, eds. Seliger & Vago. Cambridge: Cambridge University Press
Sierra i Fabra,
Jordi (1997). La voz interior.
Madrid: Ediciones SM
Sinha,
Yashwant et al (2006). Auditory integration training and other sound
therapies for autism spectrum disorders: a systematic review. Archives of
Disease in Childhood, vol. 91(12), pp. 1.018-1.022
Sinha, Yashwant et al (2004). Auditory integration training
and other sound therapies for autism spectrum disorders: a systematic review. Cochrane Database of Systematic Reviews, online(1), CD003681
Szatmari, Peter (2006). Una mente diferente. Comprender
a los niños con autismo y síndrome de Asperger.
Barcelona: Paidós
Tamarit,
Javier (2005). Autismo: modelos educativos para una vida de calidad. Revista
de Neurología, vol. 40(1), pp. 181-186
Tamarit,
Javier (2002). Prólogo. Pablo… Autista. Experiencias de una madre y su hijo
con retraso mental y autismo, pp. 11-18. Sevilla: Fundación Verbum
VVAA (2012). Todo sobre el autismo. Tarragona: Altaria
Wigram,
Tony & Gold,
Christian (2006). Music therapy in the assessment and treatment of autistic
spectrum disorder: clinical application and research evidence. Child: Care, Health and Development, vol. 32(5), pp. 535-542
Wing, Lorna (1997). The history of ideas on autism:
legends, myths and reality. Autism, vol. 1, pp. 13-23
Wing, Lorna (1981). Asperger’s syndrome: a clinical
account. Psychological Medicine, vol. 11, pp. 115-129
Wing, Lorna & Gould, Judith (1979). Severe impairments of social
interaction and associated abnormalities in children: epidemiology and
classification. Journal of
Autism and Developmental Disorders, vol. 9, pp. 11-29
Winnicott,
Donald W. et
al (1958). Procesus de maturation chez
l’enfant. París: Payot