lunes, 25 de abril de 2022

LA DIVERSIDAD

 

La diversidad

Cristina De Inés Ruiz

De nuevo, excelente colaboración de Cristina. 

 

 

En este grupo, según Scovel[1] (1998), se incluyen dos tipos de dificultades en el lenguaje: de cerebros no dañados o de trastornos heredados. El autismo y sus trastornos pertenecen al primer sector, mientras que el síndrome de Down pertenece al segundo.

El síndrome de Down suele darse en uno de cada 600 nacimientos, aproximadamente, y es una discapacidad cognitiva o intelectual. Ésta es la prueba de que la falta de capacidad lingüística se debe a la pérdida de las funciones cognitivas más altas. En otros casos, los daños cerebrales se suceden por pérdida de oxígeno fruto de accidentes o enfermedades. Su Día Mundial es el 21 de marzo.

Los trastornos del espectro autista (TEA), en cambio, son de carácter psíquico. Existen dos teorías al respecto, la de Johnson y la de Orton/Travis. La primera analiza el comportamiento extremo como resultado de experiencias traumáticas vividas en la niñez debido a que los padres del menor se empeñaban en asegurarse de la fluidez del paciente en el lenguaje. La segunda hipótesis no tenía nada que ver. Seliger & Vago[2] (1991) centran su atención en la desaparición de diez lenguas por parte de la población bilingüe por culpa del contacto con el inglés.

Los TEA tienen al síndrome de Asperger como la forma más leve y el autismo como la más grave. Mientras que el primero implica una inteligencia igual o superior a la de una persona ‘normal’; la fluidez en la producción y la comprensión y el deseo de socializar no exento de dificultades para ello, la segunda –cuyo Día Internacional es el 2 de abril- presenta un coeficiente intelectual menor de 80 –lo que demuestra cierto retraso mental-; comportamiento autolesivo y fobia al mundo exterior. Otros síntomas relacionados con el síndrome de Asperger son la incapacidad para comprender las bromas, chistes y expresiones ambiguas; la intolerancia o poca preparación para los imprevistos; los sentidos muy desarrollados; el temperamento flemático o muy expresivo; el miedo a las multitudes; los soliloquios u otras conductas estereotipadas en caso de nerviosismo; o el excesivo interés en temas o campos determinados. Es más frecuente en hombres que en mujeres, las cuales son más propensas al síndrome de Rett –menos común y que da lugar a la pérdida progresiva de la capacidad física y del habla-. La población con estos trastornos es mucho mayor de lo pensado y, entre ellos, destaca Andersen, autor danés infantil (1843[3], 1838[4]). También están presentes otras figuras del arte (Leonardo o Miguel Ángel), la literatura (Carroll[5] [6] o Joyce[7] [8]), la filosofía (Sócrates[9], Platón[10], Kant[11] [12] o Nietzsche[13] [14]), la ciencia (Newton[15], Einstein[16] o Darwin[17]) o la música (W.A. Mozart[18], Beethoven[19], Boyle[20] o Adele[21]).

Newby[22] (2006) ofrece mucha más información relacionada. El neuropsicólogo norteamericano también expone cómo las enfermedades neurológicas pueden convertirse en mentales si no se tratan adecuadamente. Es el caso del trastorno de déficit atencional e hiperactividad (TDAH), que -sin tratamiento médico especializado- puede llegar a la esquizofrenia en varias fases: el TDAH se vuelve trastorno negativista desafiante (TND), cuyas víctimas –a diferencia de las del TDAH- jamás se arrepienten de sus actos; y, finalmente, el trastorno disocial (TD) –que lleva a las situaciones violentas-.

Monserrat Femenía[23] (2001) tomó a Winnicott[24] (1958); Pichon Rivière[25] (1983) o Berger[26] (1999) como bases para su publicación sobre un niño hiperkinético que había pasado por su consulta y estaba medicado. La hiperkinesia, según la psicoanalista, es un caso específico de TDAH.

Un joven norteamericano vino al mundo con TDAH. Pero su caso era gravísimo porque su madre era muy prejuiciosa con los medicamentos: creía que eran droga. Y, así, la mujer utilizó su mala suerte para anteponer sus caprichos a sus obligaciones. Como consecuencia, la enfermedad de su hijo se convirtió en esquizofrenia y, lejos de aceptar su culpa, a ella no le importaba si sus quejas irritaban o hundían a los interlocutores. Esto demuestra cómo la vida no es ni tiene que ser perfecta o que todo no se puede tener. Lo que se desea puede venir, siempre que se piense en las consecuencias de los propios actos antes de tomar decisiones, tal y como explica la psicoanalista Menéndez Álvarez[27] (2008) estudiando el malestar emocional.

Por su parte, González García[28] (2011, 2020) ha publicado una serie de chistes “de psicólogos”[29] para personas nacidas con discapacidad y los informes médicos recibidos, así como otros artículos sobre este ámbito. También ofrece una visión sobre cómo la población ‘normal’ puede verse incluso incómoda cuando el ‘especial’ demuestra tener cualidades que el otro no tiene –sobre todo, porque éste no quiere aprender de aquél-[30]. Esto revela que la discapacidad es la capacidad extraordinaria, principalmente, por ser ‘diferente’. La esencia prevalece sobre la apariencia y, por tanto, ninguna discapacidad es incapacidad. La incapacidad se puede tener para bailar, correr, ver, saltar, hablar… pero jamás para comunicarse; marcarse buenos objetivos; elevar el propio espíritu; percibir el mundo; divertirse o sentirse vivo. Asimismo, el terapeuta; poeta y monitor de ajedrez representa otro enfoque de que la diversidad funcional es una condición distinta a la del sector más convencional, al igual que puede ser la orientación sexual o algo parecido. No es ninguna enfermedad, pues no tiene cura ajena a la buena educación. La fuerza de voluntad está por encima de todo[31] [32] [33] [34].

Un sinfín de colaboradores de la Asociación Española de Profesionales del Autismo (2012) analizan en profundidad todos los datos de los TEA, desde las novedades conceptuales hasta la mirada hacia el futuro.

Murillo Sanz[35] describe dichas novedades con el comportamiento ‘estereotipado, autolesivo y repetitivo’; las dificultades para la comunicación –especialmente, el lenguaje no verbal-; la inflexibilidad mental; los intereses e inquietudes limitados; la falta de adaptación a los cambios (sobre todo, si son inesperados); el autismo como discapacidad intelectual –no sólo psíquica-; el trastorno bipolar –también ‘psicosis maníaco-depresiva’-; la epilepsia, los tics nerviosos; el TDAH y otras enfermedades asociadas a tal condición. La terapeuta tomó como bases a Asperger[36] (1944), médico austríaco que nació un 18 de febrero y sufría dicho hándicap al que pondría nombre, de ahí que dicho día del año sea el Día Internacional del Síndrome de Asperger; a Wing & Gould (1979[37]); a Rivière (1997[38], 2000[39]), un psicólogo que creó una fundación con su nombre en Madrid; y a un montón de expertos más. También destacan la psiquiatra Hervás Zúñiga o las psicólogas especializadas Balmaña o Salgado[40] (2017), que lo definen como un trastorno biológico del neurodesarrollo que, por la presencia de intereses y comportamientos reiterativos y restringidos, afecta tanto a la comunicación social como a la conducta.

La “Carta abierta de una afectada por Asperger” en la revista Quo (2012) para la asociación Asperger Madrid[41] y el análisis del mundo exterior (2021) para el concurso de relatos de Asperger-TEA Jaén[42]; o el estremecedor relato de Gómez[43] (2017) en los periódicos El Faro de Vigo o La Voz de Galicia para Autismo Madrid tampoco deben olvidarse, dado que ambos testimonios prueban que esta condición no es ningún invento, pese a la equivocada ideología de la gente ‘normal’ o neurotípica –que probablemente tengan hijos con este trastorno u otra discapacidad o con algún desequilibrio mental y no lo quieran aceptar tapándolo por ser de su familia y criticando a pacientes ajenos, sobre todo, si éstos son hijos únicos o de familia desestructurada- o tratando de ocultarlo como si no pasara nada. Fueron publicados con motivo del Día Internacional mencionado en el párrafo anterior. Años más tarde, se publicaría la colección de relatos (2016) como La vida de Jaime[44]; El cazador de sonidos[45]; La aventura de Alberto[46]; La historia de Nana[47]; Las peculiaridades de Sergio[48]; Las emociones en un Asperger[49]; David dice adiós a su rincón[50]; El reino de las hadas[51]; Alejandro, un niño especial[52]; Pía y las galletas de flores[53] o Miguel-Ángel García[54]. Otros pacientes como los jóvenes Moya Nieto[55] (2021) e Hidalgo Sánchez[56] (2021) cuentan sus respectivas experiencias. También está presente un artículo sobre cómo este sector puede sentirse “patito feo” en su época más crítica[57] (2013): tras un largo tiempo “deambulando solos”, se experimentan cambios a mejor a base de sacrificio y de no hacer caso a la sociedad que no ayuda nada pero que se siente superior.

Rivière (1949-2000) afirmaba que toda pauta de tratamiento, así como las decisiones educativas, dependía del trastorno y la evolución de cada paciente, “sin etiquetas”. Jiménez Navarro[58] tiene en cuenta dicho principio con el fin de explicar la consolidación de estas anomalías. Wing (1981[59], 1997[60]), como psiquiatra, se especializó en el síndrome de Asperger infantil. Peromingo Rodrigo[61] (2013), como una paciente más y para la prensa digital, escribió un texto narrativo dedicado a la máquina del tiempo retratando a un chico apasionado de las máquinas y la tecnología para demostrar que los intereses restringidos y la máquina del tiempo jamás habían sido inventados.

Arnáiz Sancho & Zamora Herranz[62] explican diversos diagnósticos, conscientes de los adelantos y cambios actuales y cómo eso no impide a un importante sector de familias sentirse en “tierra de nadie”. Esto indica que la inexistencia de un diagnóstico deja al paciente y sus familiares y conocidos perdidos, sin rumbo.

Aun así, la ayuda familiar es fundamental para el desarrollo psicológico. Tamarit[63] (2002) alega que “se requiere conocimientos” para alcanzar un orden que apoye a “las víctimas de síndrome de Asperger de acuerdo con sus necesidades si esas personas y sus familias son escuchadas” porque, según la hipótesis de Rivière[64] (1997), “el silencio” de los niños autistas contribuye a “una larga, complicada e impresionante historia”. Con todas estas teorías, Cuesta Gómez & Martínez Martín[65] (2012) indican en profundidad las mejores estrategias para una convivencia madura y armónica entre los pacientes de TEA y sus más allegados.

Márquez López[66], como coordinadora de la Asociación Española de Profesionales del Autismo (AETAPI), está segura de la existencia de un montón de motivos para dar recomendaciones a familias que buscan atención temprana para sus hijos con TEA. Describe la primera infancia como medio para aspirar a futuras respuestas a todo lo que tenga que ver con el medio social. Su centro se compone de psicólogos, trabajadores sociales, médicos neurólogos y psiquiatras, pedagogos, logopedas y educadores sociales de diferentes instituciones u organizaciones destinadas a formar; informar y demás misiones encauzadas a los pasos adelante de carácter científico.

Hervás Zúñiga o Balmaña & Salgado (2017) destacan el decisivo papel de la atención temprana[67] en cualquier niño con alteraciones evolutivas y, por eso, hoy tal atención se considera un enfoque de promover la inclusión escolar y una mejora en las competencias personales. Es el caso de las capacidades de adaptación, según la Convención de Derechos de las Personas con Discapacidad de las Naciones Unidas[68] (2006). Si bien dicho marco aparece establecido en el Documento Blanco de Atención Temprana, España carece de situaciones homogéneas con calidad para acceder a las intervenciones más seguras.

Saldaña Sage & Moreno Pérez[69] muestran las intervenciones, especialmente, con métodos eficientes y los tipos principales de sistemas psicoeducativos: Prizant & Werther[70] (1998) y Roberts[71] (2004) crearon el Discrete Trial Training y la Intervención Conductual Intensiva –o Intensive Behavioural Intervention (IBI), hoy Early Intensive Behavioural Intervention (EIBI)-.

Más tarde, de la mano de Güemes y otros autores[72] (2009) y el Instituto ECRI[73] [74] (2009), llegarían el Modelo Pragmático de Desarrollo; el Floor Time; la Intervención en el Desarrollo de las Relaciones, el Modelo de Comienzo Temprano o Early Start Denver Model –basándose en Rogers & Dawson[75] (2010)-; el Sistema de Comunicación por Intercambio de Imágenes o Picture Exchange Communication System, de Bondy & Frost[76] (1998); y muchos más criterios con áreas funcionales que distingan las estrategias de comprensión de las de focalización, destinándose esta última categoría a usar diversos enfoques a una reducida gama de estrategias que modifiquen una conductas específicas. El sistema TEACCH, nacido gracias a Mesibov & Schople[77] (1983), no ha cesado de crecer como consecuencia de divisiones realizadas por Mesibov & Shea (2009[78], 2011[79]) o Eikeseth[80] (2009).

A comienzos del siglo XXI, Baranek[81] (2002) inventó tratamientos senso-motores que incluyen integración sensorial auditiva; el método Doman Delacato; o las lentes de Irlen. No obstante, los enfoques senso-motores han demostrado ser los únicos efectivos, según la base de datos Cochrane, utilizada por Sinha y su equipo de investigación (2004[82], 2006[83]). Simultáneamente, la Musicoterapia –gracias a Whipple[84] (2004) o Wigram & Gold[85] (2006)- y la integración sensorial auditiva se convirtieron en uno de los caminos básicos, con más de 40 análisis. Después, llegarían la terapia animal –probada por Fine[86]  (2006)- o programas focales, propuesta por el equipo de Odom[87] [88] (2010).

Con una especial atención al TEACCH, Frontera Sancho[89] describe un conjunto de principios y aplicaciones psico-educativos. La psicopedagoga sostiene que el conocimiento y la comprensión la naturaleza en los TEA motivan varias hipótesis: la Deficiencia Mental, el Déficit Intersubjetivo, la Debilidad en la Coherencia Central o la Disfunción Ejecutiva. Todo parte de la colaboración con la familia, donde los padres también reciben terapias; la colaboración de métodos que evalúen cada objeto; el potencial, identificado por la evalución; la enseñanza estructurada; la incorporación de elementos de aproximación cognitiva y conductual, como el apoyo a la actitud positiva; y la formación general de todo profesional implicado.

He aquí una serie de principios básicos: López Fraguas y otros expertos[90] (2004) creen en la comprensión individual con evaluación formal e informal de los puntos fuertes y débiles en diferentes áreas, incluso entrevistas con las familias y docentes además de observaciones directas del entorno personal del niño y, por último, maximizar sus puntos fuertes y minimizar los débiles. Después, iniciar una relación positiva como rasgo fundamental para el crecimiento psicológico del menor.

Es el caso de Rivière (1984[91], 1997[92]) y Szatmari[93] (2006): siempre es posible dicho enlace entendiendo y respetando al pequeño mediante una resolución creativa de los problemas. Bartak & Pickering[94] (1982), Peeters[95] (2008) o Kunce & Mesibov[96] (1998) confían en una planificada y relativamente sencilla organización ambiental con una actitud directa y consistente por parte de los formadores; la comprensión garantizada –como el cambio del lenguaje hablado por objetos visuales o simplificación del lenguaje con el fin de facilitar la comprensión al niño-; trabajos organizados (con sistemas de organización del trabajo, programas de orientación visual o apoyo informático); el aprendizaje sin error, como resultado de la carencia de apoyo sufrida; la motivación con intereses específicos (como la adaptación curricular, el vínculo esfuerzo-reacción emocional); el aprendizaje generalizado y funcional (enseñando capacidades generales explícitamente para un mejor análisis de las situaciones nuevas y practicando las estrategias recién aprendidas); la adaptación del contexto escolar, con profesores de apoyo y logopedas; una estrecha relación con la familia, enseñando las habilidades del menor; y, según Tamarit[97] (2005), promover la inclusión social.

La tesis doctoral de Pozo Cabanillas[98] (2010) subraya la adaptación de la familia a semejante condición, comenzando por los ‘efectos negativos’ sufridos por los progenitores y finalizando con un enfoque ‘global y multimensional’ como perspectiva más reciente. Para ello, la psicóloga y docente debate distintos modelos teóricos, aunque con el sistema de estrés y adaptación Doble ABCX –con McCubbin & Patterson[99] (1983) como fuente- como foco de análisis de dicho sistema.

Hernández Rodríguez[100] (2012) toma, como principal ejemplo, la filosofía de Rivière[101] (1991) acerca de la crianza de los niños autistas: no basta con el conocimiento y las explicaciones, sino con la intención de comprender todo lo relacionado con el autismo. El derecho, el concepto y la práctica son los datos fundamentales para la percepción inclusiva. Para Echeita & Ainscow[102] (2011), la inclusión es un proceso con la presencia, la participación y el éxito del estudiante como metas. Así, se atenderá especialmente a la mayor tendencia al fracaso escolar y a cualquier otra barrera.

Merino Martínez[103] alega que cada día que pasa es una ‘metáfora’ para el comienzo de un ‘nuevo episodio’ en la población neurotípica para ponerse en la piel de los pacientes con autismo. Esto significa que el autocambio es un inicio; un esfuerzo para saber comportarse minimizando recuerdos que forman parte de la existencia humana. Como ejemplo de ello, se toma el temor del actor Kelvin Mooh Loh al agua por culpa de los cambios improvisados de la misma. Esos hechos incrementaban su inseguridad, si bien él sabía dónde deseaba ir mientras se encontraba en la piscina y, de esa forma, comprendió que nunca se hundiría. La psicóloga, basándose en el Dr. Asperger[104] (1944), describe la definición de las víctimas de psicopatología autista haciendo hincapié en la falta de empatía; los problemas para establecer una relación social; los soliloquios; el pensamiento original; los intereses específicos; o la torpeza motora como síntomas más comunes.

Álvarez Perez[105] subraya la considerable dificultad para ser aceptados en un puesto de trabajo, sobre todo, en lo que el paciente se ha preparado durante tantos años. La población con TEA no suele ser comprendida ante sus limitaciones, si bien la discapacidad puede pasar inadvertida en ciertos casos. Las peculiaridades dan pie a que el mercado laboral tenga que prestar servicios de acuerdo con sus necesidades, pese a la escasez de recursos. Lo mismo sucede con la vivienda, igual que el ocio y la intervención social, visto que las redes sociales atienden en exclusiva a sus familiares.

Mori[106] retrata la epilepsia como una enfermedad neurológica como consecuencia de los TEA; en la mayoría de los casos, dichas discapacidades –dadas por la naturaleza- dan paso a enfermedades neurológicas o mentales –igual que se explica en Todo sobre el autismo-. Esto pone al paciente muy difícil el hecho de que lo acepten en un puesto de trabajo acorde con su formación y vocación, así como el que la sociedad en general lo respete. De hecho, la periodista fue despedida el mismo día que sufrió una convulsión en su camerino (lo padecía desde niña, pero no se le manifestaría hasta el día de su injusta destitución). Añade que los epilépticos, al ser enfermos crónicos, no pueden donar sangre.

Vidriales Fernández & De Araoz Sánchez-Dopico[107] proponen afrontar el envejecimiento. Originalmente, este suceso se consideraba un ‘periodo vital’ relacionado con el deterioro humano. La perspectiva actual es muy diferente: Schalock & Verdugo[108] (2003) describen la calidad de vida como un ‘concepto multidimensional’ motivado por “factores ambientales que deberán aplicarse según la prueba empírica contrastada y que puede mejorar con la autodeterminación, recursos, proyectos personales de vida y el sentido de ser parte de un grupo social concreto”. Estos rasgos se materializan en ocho dimensiones: el bienestar físico, emocional y material (felicidad, actividades de ocio, cuidados médicos, falta de estrés, empleo, situación financiera, vivienda…); la evolución personal (educación, competencia personal…); las relaciones interpersonales (interacción, ayuda…); la inclusión social (redes sociales, apoyo social…); la autodeterminación (independencia y control, objetivos y valores, opciones…); y los derechos legales y humanos, contenidos en la Convención Internacional de los Derechos de las Personas con Discapacidad[109] (2006).

Cuesta Gómez & Martínez Martín[110] exponen la mirada hacia el futuro mediante la atención especializada con la implicación familiar, adaptación a la edad y a cualquier otra circunstancia del paciente, conocimiento de cada perfil psicológico y cognitivo, prácticas sobre evidencias reflejadas en la experiencia, inclusión, generalización, promoviendo el sentido de la actividad, individualización, sistematización y rutinas, enfoques destinados a un proyecto de futuro con calidad, innovación en las posibles intervenciones, promoción de puntos fuertes y demás capacidades, uso de claves visuales; una educación y formación que flexibilice las distintas opciones formativas homogeneizando los distintos sistemas autonómicos, atendiendo especialmente a la Secundaria y al Bachillerato porque esto supone el mayor riesgo socio-académico, facilitando el acceso a la universidad destinado a garantizar una íntegra igualdad de recursos, capacitación para la vida adulta personal y profesional; atención sanitaria utilizando todo protocolo acorde con las necesidades; independencia comenzada en etapas tempranas, facilitando la conservación del empleo al que se haya accedido, diversificando las opciones para dicha vida (potenciando las viviendas bajo supervisión y recursos apoyados por la comunidad) y promocionando oportunidades diferentes para que puedan elegir la que más se adecúe a sus habilidades y gustos; y las necesidades emergentes (creando recursos que aporten la respuesta buscada para los pacientes con TEA e investigando dichos trastornos con especial atención a la salud mental y al envejecimiento con el fin de que el individuo no se desvincule de su medio social a la vez que recibe cuidados especializados).

Otros psicólogos y psiquiatras especializados[111] (2017) definen el TEA como un trastorno en el neurodesarrollo biológico iniciado en la niñez, por lo que la conducta del paciente se ve afectada por comportamientos repetitivos e intereses restringidos –tal y como acredita la siguiente tabla-:

 

PACIENTES CON SÍNDROME DE ASPERGER

Virtudes

Defectos

Relaciones sociales

·      Sinceridad y objetividad.

·      Nobleza, fidelidad y lealtad.

·      Memoria prodigiosa.

·      Dificultad para entender las reglas de interacción social.

·   Poca costumbre de compartir inquietudes y emociones.

Comunicación y lenguaje

·      Rico vocabulario técnico.

·      Afición a los juegos de palabras.

·      Dificultad para iniciar conversaciones y para la adaptación al interlocutor.

·      Producción de frases breves y literales.

Flexibilidad mental e imaginación

·      Grandes conocimientos en las áreas de mayor interés, así como fidelidad a dichas áreas.

·      Búsqueda continuada de información.

·     Preocupaciones poco frecuentes que pueden convertirse en emociones.

·     Preguntas repetitivas.

·     Excesivo perfeccionismo.

 

Su evolución es crónica y presenta diferentes grados, tanto en la afección como en la adaptación funcional (capacidad intelectual igual o mayor que la de un neurotípico, evolución más tardía de lo normal para la edad…). He aquí sus diferentes categorías de gravedad, según Hervás Zúñiga y otras autoras[112] (2017):

 

Grado

Comunicación social

Conducta restringida y repetitiva

·      Dentro de la normalidad

Peculiaridad o aislamiento

Sin interferencia

·      Síntomas subclínicos

Síntomas sin modificaciones importantes

Interés excesivo o escaso sin interferencia

·      De primer grado

Sin apoyo directo, aunque con modificaciones de importancia

Interferencia importante en ciertos contextos

·      De segundo grado

Escasez significativa con iniciación y respuestas limitadas

Interferencia común con dificultad en la flexibilidad y problemas en el cambio de foco

·      De tercer grado

Mínima comunicación social

Interferencia marcada con dificultad en la flexibilidad y problemas en el cambio de foco

 

Existe también la diversidad no funcional: colectivo LGTBI, malos estudiantes aunque buenas personas y muy aplicados para el trabajo, raza u origen distinto u otros motivos de complejos o, durante los años 30 o 40, al holocausto. Frank[113] (1944) lo reflejaba en la Casa de Atrás durante sus dos años de vida clandestina, seguida de su infrahumana supervivencia hasta su fallecimiento meses más tarde. Del Amo[114] (1988) describía a Gaad como un chico nubio que, por dicha condición, tenía a Nut como única amiga en el colegio. Por eso, desobedecía a su abuelo Haken negándose a asistir a aquel recinto.

Fernández Paz (1994) lo demostraba con la hipersensibilidad de la joven Blanca a las injusticias de la vida (como la expulsión de su amigo Luis sólo porque era repetidor y la malvada profesora María no aspiraba sino a quitárselo de en medio y a que la típica buena de la clase no lo viera nunca más[115]; por eso, fue capaz de protestar a la madre de la protagonista porque también era docente y no gustaba del chico[116] [117] y hasta de escribir un anónimo imitando la letra de su víctima con insultos a la directora del colegio[118] para hacer realidad su deseo). Asimismo, consciente de que el bien y mal existen en todos sitios y de la imposibilidad de impedir aquella aleatoria exclusión, una vez curada de su hepatitis, Blanca se aferró a la esperanza de que llegara un tiempo nuevo: sin rencores y feliz a su manera[119].

Sierra i Fabra[120] (1997) lo dejaba ver con la obsesión de sor María por ayudar a las alumnas, tanto si obraban bien como si obraban mal en lugar de castigarlas, pues Isabel –la estudiante ideal y gran persona- se había visto a escondidas con su amado Daniel y Teresa –su mejor amiga- la denunció porque su padre siempre la estaba comparando con la mejor de la clase –Teresa, en cambio, trabajaba mucho para tener éxito y aun así sus calificaciones no eran tan altas como las de la otra chica porque no era igual de inteligente- y no estaba dispuesta a pagar justa por pecadora. Además, faltaba sólo un mes para el final de curso y después nunca más estudiarían juntas. Ahí Teresa descubrió la oportunidad de ganar por primera vez en su vida; dar una buena lección a su progenitor, aunque incapaz de imaginar cuán fuerte resultaría la sanción –pero merecida- para Isabel -quien decidió restar importancia a la identidad de su delatora tras asumir las consecuencias de su indisciplina, si bien se sentía tan acorralada por su castigo que intentó suicidarse-.

 

 

 

 

 

 

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Winnicott, Donald W. et al (1958). Procesus de maturation chez l’enfant. París: Payot

 

 

 

 

 



[1] Psycholinguistics, cap. 5

[2] First Language Attrition

[3] El patito feo (Den grimme ælling)

[4] El soldadito de plomo (Den standhaftige Tinsoldat)

[5] Alice’s Adventures in Wonderland (1865)

[6] Through the Looking-glass and what Alice found there (1871)

[7] Dubliners (1914)

[8]Ulysses (1922)

[9] “Sólo sé que no sé nada” fue su frase más célebre para indicar lo razonable que es reconocer la ignorancia

[10] Menón

[11] Crítica de la razón pura (1781)

[12] Crítica de la razón práctica (1788)

[13] Más allá del bien y el mal (1886)

[14] Así habló Zaratustra (1883)

[15] Observaciones sobre las profecías de Daniel y los Apocalipsis de San Juan

[16] Die Feldgleichungun der Gravitation (1915)

[17] On the Origin of Species (1859)

[18] Compuso más de 800 obras, entre ellas, 41 sinfonías

[19] Sonata Claro de Luna, 9 sinfonías… También padecía discapacidad auditiva

[20] Su álbum I dreamed a Dream, grabado tras su participación en British got Talent,  la lanzó a la fama

[21] Entre sus canciones, destacan Someone like You or Tired

[22] Your Struggling Child

[23] Cuadernos de Psiquiatría y de Psicología del Niño y del Adolescente, vol. 31

[24] Procesus de maturation chez l’enfant

[25] La Psiquiatría, una nueva problemática. Del Psicoanálisis a la psicología social

[26] El niño hiperactivo con problemas de atención

[27] El equilibrio emocional

[28] La Puerta de la Villa, vol. 38

[29] Chistes de psicólogos

[30] El momento crítico

[31] Diversidad funcional

[32] Cómo tratar a las personas con diversidad funcional

[33] Lenguaje inclusivo, por favor

[34] Con discapacidad

[35] Eva Murillo Sanz: Todo sobre el autismo, cap. 1

[36] Archiv für Psychiatrie und Nervenkrankheiten, vol. 117

[37] Journal of Autism and Developmental Disorders, vol. 9

[38] El tratamiento del autismo: nuevas perspectivas, cap. 1

[39] El niño pequeño con autismo

[40] Amaia Hervás Zúñiga, Noemí Balmaña & María Salgado

[41] Carta abierta de una afectada por Asperger para Quo

[42] Análisis del mundo exterior

[43] Carta de un joven víctima de acoso escolar

[44] Marta T. Peromingo Rodrigo: El Asperger no es un cuento, pero te lo contamos, pp. 19-20

[45] Carmen García Comendador: El Asperger no es un cuento, pero te lo contamos, pp. 7-9

[46] Pedro J. Bravo Redel: El Asperger no es un cuento, pero te lo contamos, pp. 10-13

[47] Eva Marcuello: El Asperger no es un cuento, pero te lo contamos, p. 14

[48] Antonio Hernández Rivas: El Asperger no es un cuento, pero te lo contamos, pp. 15-17

[49] Purificación Moreno Palomares: El Asperger no es un cuento, pero te lo contamos, p. 18

[50] Aurora Garrigos: El Asperger no es un cuento, pero te lo contamos, pp. 21-22

[51] Paula Cabrera Schwartz: El Asperger no es un cuento, pero te lo contamos, pp. 30-31

[52] Juan P. Frías Lasheras: El Asperger no es un cuento, pero te lo contamos, pp. 27-29

[53] Cristina Barreto & Dolores Pérez Cazorla: El Asperger no es un cuento, pero te lo contamos, pp. 42-44

[54] Valentín García Requena: El Asperger no es un cuento, pero te lo contamos, pp. 23-26

[55] Mi vida con Asperger

[56] El TEA y la manera de ver las cosas

[57] “El patito feo” o la capacidad de no resignarse

[58] Pedro Jiménez Navarro: Todo sobre el autismo, cap. 2

[59] Psychological Medicine, vol. 11

[60] Autism, vol. 1

[61] La máquina del tiempo

[62] Javier Arnáiz Sancho & Marcos Zamora Herranz: Todo sobre el autismo, cap. 3

[63] Prólogo de Pablo… Autista. Experiencias de una madre y su hijo con retraso mental y autismo

[64] El niño pequeño con autismo

[65] Mª Ángeles Martínez Martín & José-Luis Cuesta Gómez: Todo sobre el autismo, cap. 4

[66] Carmen Márquez López: Todo sobre el autismo, cap. 5

[67] Pediatría Integral, vol. 21(2), pp. 94-102

[68] (ver en el párrafo de la atención temprana)

[69] David Saldaña Sage & Francisco Javier Moreno Pérez: Todo sobre el autismo, cap. 6

[70] Seminars in Speech and Language, vol. 19

[71] A Review of the Research to identify the most effective models of best practice in the management of children with Autism Spectrum Disorders

[72] Evaluación de la eficacia de las intervenciones psicoeducativas en los trastornos del espectro autista

[73] Comprehensive Educational and Behavioral Interventions for Autism Spectrum Disorders

[74] Focal Educational and Behavioral Interventions for the Treatment of Autism Spectrum Disorders

[75] Early Start Denver Model for Young Children with Autism: promoting Language, Learning and Engagement

[76] Seminars in Speech and Language, vol. 19(4)

[77] Children’s Healthcare: Journal of the Association for the Care of Children’s Health, vol. 12(1)

[78] Journal of Autism and Developmental Disorders, doi:10.1007/s10803-009-0901-6

[79] Autism, vol. 15(1)

[80] Research in Developmental Disabilities, vol. 30(1)

[81] Journal of Autism and Developmental Disorders, vol. 32(5)

[82] Cochrane Database of Systematic Reviews, online(1)

[83] Archives of Disease in Childhood, vol. 91(12)

[84] Journal of Music Therapy, vol. 41(2)

[85] Child: Care, Health and Development, vol. 32(5)

[86] Handbook on Animal-Assisted Therapy Theorical Foundations and Guidelines for Practice, ed. 2

[87] Journal of Autism and Developmental Disorders, vol. 40

[88] Preventing School Failure: Alternative Education for Children and Youth, vol. 54(4)

[89] María Frontera Sancho: Todo sobre el autismo, cap. 7

[90] Revista Siglo Cero, vol. 35(1)

[91] Revista Española de Pedagogía

[92] El tratamiento del autismo: nuevas perspectivas, cap. 1

[93] Una mente diferente. Comprender a los niños con autismo y síndrome de Asperger

[94] Autismo infantil. Aspectos médicos y educativos, ed. Wing

[95] Autismo: de la comprensión teórica a la intervención educativa

[96] Asperger Syndrome or High-Functioning Autism?, cap. 11

[97] Revista de Neurología, vol. 40(1)

[98] Adaptación psicológica de madres y padres de personas con trastornos del espectro autista: un estudio multidimensional, cap. 1

[99] Social Stress and the Family: Advances and Developments in Family Stress Theory and Research, eds. McCubbin & Patterson

[100] Juana Mª Hernández Rodríguez: Todo sobre el autismo, cap. 8

[101] Desarrollo psicológico y educación III. Necesidades educativas especiales y aprendizaje escolar, eds. Marchesi et al

[102] Tejuelo, vol. 12

[103] María Merino Martínez: Todo sobre el autismo, cap. 9

[104] Archiv für Psychiatrie und Nervenkrankheiten, vol. 117

[105] Rosa Álvarez Pérez: Todo sobre el autismo, cap. 10

[106] No me digas que no lo cuente

[107] Ruth Vidriales Fernández & Inés De Araoz Sánchez-Dopico: Todo sobre el autismo, cap. 11

[108] Calidad de vida. Manual para profesionales de la educación, salud y servicios sociales

[109] (organizado por la ONU)

[110] José-Luis Cuesta Gómez & Mª Ángeles Martínez Martín: Todo sobre el autismo, cap. 15

[111] Amaia Hervás Zúñiga, Noemí Balmaña & M. Salgado

[112] Pediatría general, p. 94

[113] El Diario de una niña judía cuyo escondite, tristemente, fue descubierto durante la II Guerra Mundial

[114] Gaad era uno de los ‘cinco desconocidos’ de El abrazo del Nilo

[115] Trece años de Blanca, caps. 10-12

[116] Trece años de Blanca, cap. 2

[117] Trece años de Blanca, cap. 6

[118] Trece años de Blanca, cap. 12

[119] Trece años de Blanca, cap. 13

[120] La voz interior

Alejandro, un niño especial

  Alejandro fue un bebé que nació fuerte y sano. Se alegraron mucho de su nacimiento sus papás y sus hermanos mayores. A los dos años, c...