miércoles, 21 de abril de 2021

MI VIDA CON ASPERGER (Héctor)

Mi vida con Asperger (Héctor)

 

 

Hola querido lector:

Está leyendo el relato que realiza una persona con Síndrome de Asperger con la finalidad de como es mi día a día. Mi nombre es Héctor y tengo el gusto de hacerte saber mi vida acompañado con este síndrome desde la fecha de mi nacimiento, si estás dispuesto, lo demás está en el resto. 

Además de pasar mucho tiempo apartado de los demás niños en los recreos sin apenas relacionarme por falta de entendimiento, no fui comprendido por muchos maestros, ya que desde el principio no se molestaron en saber mi peculiaridad que crea mi condición hasta que apareció una profesora que para mí fue un ángel caído del cielo que siempre recordaré.

Mi madre y los profesores que me entendían me insistían que no era culpa mía, debido a que yo tenía unas características diferentes que ninguno de ellos se preocupó en conocer. En cambio, la profesora a quien yo llamo mi ángel se llama Mari Mesas.

El día que repetí, desde que empecé el colegio ella le dedicó estas palabras a mi madre que, después, se hizo realidad  “no te preocupes, que verás cómo Héctor sale adelante”.


 

Después, gracias a mis profesores de apoyo puede salir adelante con la ayuda. A pesar de ello, seguía habiendo profesores que aún no me entendían y me etiquetaban como alguien que no se enteraba de nada. Aun así, me saqué mi E.S.O. y una formación profesional, aunque no era la ideal para mí, fui valiente y decidí terminarlo.

Antes de finalizar la E.S.O.,  me gustaría añadir otros datos: los compañeros siempre me tachaban como el último de la clase como si fuese la oveja negra en el rebaño. Si algún amigo tuve, veía raro dicho de algún modo, pues debido a eso me pasaba la mayor parte del tiempo apartado de la sociedad, ya que me sentía un incomprendido. Así pues, las tardes me las pasaba solo en mi habitación metido en mi mundo apartado de la sociedad y también me pasaba los días subiendo solo por el monte dando saltos como si fuera una cabra montés huyendo de algo, aunque, yo huía de la sociedad. Es como si fuese Quasimodo, pero en vida real.

Después cuando terminé los estudios, estaba deseando trabajar en algo en lo que fuera: quería probar de camarero, pero mi madre decía que debido a mis dificultades y  por perdida de atención que además era Asperger, también padezco de déficit de atención, por lo cual, aunque quisiera no podía mantenerme centrado. Como mis padres alquilaban apartamentos, yo me puse a aprender sobre limpieza, para poder ayudar a mi madre con ello. Ése es el trabajo que mas ejercí, debido a que no veía otra solución y aunque echase currículum no encontraba trabajo. Así, pues, durante mucho tiempo, me dediqué a limpiar los apartamentos con mi madre. No obstante, de ese modo trabajando con mi madre me sentía protegido ocultado del mundo que no me entendía, como dije antes, Quasimodo en su campanario.

Otras veces sí trabajé en algunos sitios, como en una cocina de auxiliar pero decían que no me enteraban con las típicas frases de mi pueblo, “si te lo expliqué ayer” cuando en mi caso me lo tienen que decir dos veces, dado eso, nunca volví a tener una segunda oportunidad. También trabajé en la aceituna, pero tantos ya que a mí en el pueblo no me veían como al resto, después, me encontré un hobbie fui al gimnasio que además daba judo. Aquí también me refugiaba era un modo de estar rodeado un poco más con la gente, cuando decidí seguir con judo era por el motivo de aprender a defenderme, ya que también iba con miedo a las agresiones por lo cual me motivó aprenderlo aunque sé que algunos también me veían como un chico hecho de una forma de ser extraña. Pero al estar rodeado me solté más, al principio en judo me dejaba mucho que me dieran palizas porque era incapaz de luchar llevaba siempre mucho miedo acuestas, hasta que un día decidí coger el toro por los cuernos, bueno más bien a uke (adversario) por las solapas.

Acudí a muchos médicos y solo uno en Úbeda me diagnosticó de síndrome de Asperger, que es un síndrome derivado del autismo, ya que nos comportamos de forma diferente a la sociedad; nos cuesta más relacionarnos y a la hora de aprender nos cuesta más, pues debido a esta condición mi madre se centraba en qué trabajos podría hacer. Camarero, como antes dije, no podría hacer.

A los casi 24 años me fui a una asociación de Asperger para que, además de ayudarnos a integrarnos en el mundo, nos buscaran trabajo adecuado a ello. Les di mi currículum para que lo mandase a un centro donde buscan gente con discapacidad, pero costó encontrarlo. En mi tiempo con mis compañeros asperger, al principio me costó aceptar lo que tenía, pero con  el tiempo me di cuenta que eran mejor que mucha gente y aquí encontré mi lugar, justo lo que necesitaba: se convirtieron en mi segunda familia.

Al tiempo conseguí encontrar un trabajo, conviví con otras personas. Ese año fue mágico porque tenía tantos miedos que con apoyos me ayudaron y me hicieron levantar cabeza. Era increíble el cambio que llegué a experimentar, desde entonces me animé a hacer lo que antes no me atrevía a hacer.

 


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Alejandro, un niño especial

  Alejandro fue un bebé que nació fuerte y sano. Se alegraron mucho de su nacimiento sus papás y sus hermanos mayores. A los dos años, c...